Laicos Hospitalarios

Actualmente tenemos en la Clínica La Inmaculada laicos, pero se ve la necesidad de seguir en este camino incluyéndolos más y más, no solo por la proporción de la clínica y por su responsabilidad y compromiso de compartir la misión de la Congregación, nos parece clave seguir integrando personas que tengan la sensibilidad con la misión.

La exigencia de situarnos desde nuestra identidad en un contexto de participación del carisma recibido, de forma que, junto con los laicos, ofrezcamos una válida contribución al desarrollo y humanización de nuestra MISIÓN HOSPITALARIA.

Es un servicio a la humanidad sufriente y necesitada, con los laicos es unir fuerzas a las nuestras es el modo de enriquecerlas para que cumplan hoy la misión que les corresponde.

Para este participar con los colaboradores necesitamos llegar a compartir un mismo sentir un mismo querer, una misma cultura hospitalaria y una historia identificadora, un mismo objetivo y un aliento común; queremos llegar a ser todos solidarios en los mismos valores humanos, en la misma ética; deseamos que nuestra historia hospitalaria sea conocida y valorada por quienes son parte de nuestra comunidad. Y ofrecemos a quienes libremente así lo deseen, participar del mismo Espíritu que anima nuestras vidas y afanes.

 

SER PARTÍCIPIES LIBRES DEL MISMO ESPÍRITU

A los colaboradores que libremente así lo deseen, nos atrevemos a ofrecerles el ser partícipe, con nosotros, del Espíritu del Buen Samaritano y la Samaritana que es el Aliento de nuestra vida y de nuestra tarea y les invitamos a beber de la misma Fuente.

Esto es ser continuadores del espíritu y carisma de nuestros Fundadores, que sientan lo obra no sólo como el lugar de trabajo sino como el lugar y el modo de vivir su ser de cristianos o de personas sensibles al sufrimiento y a la marginación de muchos enfermos.

La invitación en laicos es a participar en el carisma, compartir nuestra misión hospitalaria con otras personas, no es una inclusión en nuestro carisma puramente profesional, es a una incorporación espiritual y apostólica de profesionales que trabajan con nosotros y de otros colaboradores.

No podemos olvidar que todos somos “laos” de Dios, todos somos laicos, en cuanto miembros de ese Pueblo de Dios. En este sentido el estado laical es el estado habitual de los fieles cristianos, el sacerdote el consagrado son miembros del Pueblo de Dios, ordenados, o consagrados para un servicio determinado en la Iglesia y el mundo para el Reino.

En esta hora histórica de cambio epocal, el Señor nos invita a mirar la realidad y descubrir en ella las señales del camino que nuestra Congregación está llamada a recorrer en el futuro que viene.

Al mirar, encontramos un signo especial de nuestro tiempo hospitalario, que necesita ser interpretado en toda la hondura de su sentido y en toda la fecundidad de su alcance. El signo es: la presencia decisiva de colaboradores en la realización de nuestros proyectos apostólicos.

La presencia de laicos siempre ha tenido una especial significación en nuestra Congregación desde nuestro Fundador Benito Menni.

Podemos  detener la mirada y abrir los oídos para escuchar la enseñanza que, en este hecho, El nos revela, lo que nos enseña y lo que nos pide.

 

P L A N  D E  L A I C O S

El plan de Laicos es una propuesta a caminar corresponsablemente hermanas y colaboradores en la misión hospitalaria, entraña diversas dimensiones:

  • Hermanas y colaboradores, realizar juntos los proyectos en clima de corresponsabilidad y compartiendo la cultura y los valores hospitalarios.
  • Invita a los colaboradores, que así lo desean la tarea con sentido de misión según su vocación laical y alimentarse de la espiritualidad hospitalaria.
  • Llegar a compartir hermanas y laicos el carisma hospitalario y hablar un solo lenguaje.

Compartir juntos el servicio hospitalario, es importante saber avanzar en este servicio hacia el futuro dando pasos progresivos, sabiamente pensados, operativamente decididos y eficientemente realizados.

Para poderlo hacer es imprescindible estudiar, antes y detenidamente, aquellas cuestiones que requieren discernimiento.

Las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús  “compartimos de alguna manera, nuestra misión hospitalaria con otras personas. Asumimos plenamente su condición de colaboradores, respetamos sus derechos, favorecemos su vida de fe y tratamos de comunicarles el espíritu de nuestra Congregación en orden a un mejor servicio hospitalario”.

La colaboración de los laicos se deriva en primer lugar de la misión de los mismos en la Iglesia y en el mundo, misión que ha esclarecido el concilio Vaticano II, todo fiel cristiano puede participar de un carisma. También del carisma hospitalario.

Estamos llamados a participar de una manera activa la misión hospitalaria, en la Clínica la Inmaculada, creando un clima de corresponsabilidad y confianza entre ambos; y legitimando la comunicación, expresión e intercambio de los valores intrínseco de la hospitalidad: el carisma hospitalario, nuestro estilo asistencial.

Tenemos como objetivo incorporar a nuestra obra personas sensibles al dolor humano, para ellos estamos en la búsqueda de profesionales con excelentes cualidades humanas, motivaciones y aptitudes profesionales que han de tener nuestros colaboradores de la Clínica, así se vaya integrando en la misión.

El carisma no nos pertenece en exclusiva, es un don del Espíritu para ser compartido con otros creyentes, esto nos compromete a identificar personas motivadas desde su condición de laicos, integrados en la Iglesia.

 

D O C U M E N T O   C A P I T U L A R  X X

LAICOS HOSPITALARIOS EN CAMINO.

“El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás” (Jn 4,13)

El dinamismo de la misión hospitalaria convoca a todos para el servicio del enfermo. A lo largo de los años algunas personas han ido desarrollando una sensibilidad particular hacia el carisma hospitalario y descubriendo en él un significado nuevo para su vida.

Así en diversos lugres de la geografía congregacional, se van conformando grupos de Laicos hospitalarios que buscan vivir su fe cristiana  con

el compromiso de servicio a las personas asistidas en nuestros centros o presentes en su entorno

La Iglesia afirma que este camino de comunión y colaboración merece ser alentado porque permite la irradiación del carisma, generar nuevos dinamismos apostólicos y, además se podrán “aunar esfuerzos entre personas consagrados y laicos en orden a la misión”.

El deseo expreso de esos grupos que piden cogida, formación y acompañamiento, nos desafía a crear un clima adecuado al desarrollo de la vocación laical y a dar unidad y significado a este proceso en el respeto de la diversidad que enriquece la dimensión evangelizadora de la misión hospitalaria.

Hay otras personas que, sin una referencia explícita a la fe cristiana, también desean participar del carisma y espiritualidad hospitalarios. La Congregación las acoge y las acompaña para que puedan vivir en plenitud su compromiso con las personas que sufren.

 

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